martes, 24 de agosto de 2010

COMPLICACIONES CRÓNICAS: SISTEMA CIRCULATORIO


SISTEMA CIRCULATORIO:

La enfermedad vascular periférica provoca un descenso de la perfusión, debido a la enfermedad macrovascular.

Resulta interesante que la enfermedad vascular periférica de origen diabético es ligeramente diferente a la que sufren las personas sin diabetes.

En personas con diabetes, las arterias de la tibia y el peroné suelen estar más afectadas que los vasos femorales y aorto-ilíaco.


Se observa con más frecuencia esta enfermedad entre la rodilla y el tobillo que entre la pelvis y la rodilla.

Las personas con enfermedad vascular periférica tienen una probabilidad entre 15 y 40 veces mayor de someterse a la amputación de una extremidad inferior que las personas que no tienen la afección.


El riesgo aumenta con la edad, hasta el punto que, desgraciadamente, las personas de más de 70 años con enfermedad vascular periférica tienen un riesgo 70 veces mayor de necesitar la amputación de una extremidad inferior.


La enfermedad vascular periférica es más frecuente en personas con diabetes que en quienes no tienen la afección. Esto sucede a una edad más temprana en las personas con diabetes.


No hay diferencias entre varones y mujeres; pero el riesgo es bastante mayor entre los fumadores.

Esta enfermedad, que pone en peligro las extremidades, progresa más rápidamente en personas con diabetes.


Entre los síntomas se encuentra la claudicación intermitente, que es un dolor de pantorrillas que aparece al andar, especialmente al subir las escaleras o una cuesta, y que se alivia al descansar.

Puede resultar muy incómodo pero, al igual que la angina, no es peligroso seguir caminando aunque se haya superado el umbral del dolor; de hecho, se recomienda como parte del tratamiento.

El “dolor en reposo” es experimentar dolor en las extremidades inferiores, incluso cuando se está en reposo. Éste es muy grave e incómodo.

Se necesita una operación quirúrgica para aliviar los síntomas.


Los signos y síntomas de enfermedad vascular periférica se pueden clasificar en cuatro etapas:

  1. Enfermedad oclusiva asintomática
  2. Claudicación
  3. Dolor en reposo causado por la oclusión
  4. Ulceración y gangrena


Las personas de bajo riesgo son las que tienen la sensibilidad de ambos pies y el flujo sanguíneo normal. Estas personas necesitan consejos sencillos. No necesitan cambiar su estilo de vida, sino que se debería insistir en la necesidad de realizarse una evaluación anual del pie.


Las personas de alto riesgo han perdido sensibilidad, y en algún momento han tenido una úlcera o tienen enfermedad vascular periférica necesitan importantes cambios conductuales. No deberían caminar descalzas y deberían lavarse y examinarse los pies todos los días.

Deben aprender a lavarse, a tocarse y a mirarse los pies todos los días. No se recomienda meter los pies en remojo, ya que esto reseca los aceites naturales de la piel.


Ya que la mayoría de estas personas no tiene sensibilidad alguna en los pies; es imperativo que aprenda a:

Probar la temperatura del agua con la mano o el codo; un número sorprendente de personas mete los pies en agua hirviendo, provocándose quemaduras

Evitar utilizar tratamientos con hierbas y ungüentos como el “bálsamo de tigre”; una vez más, porque no se notan las quemaduras

Examinarse los pies con buena iluminación: muchas de esas personas podrian tener deficiencias visuales de origen diabético

Secarse los pies con una toalla de color claro: cualquier sangre o pus aparecerá en la toalla

Asegurarse de que se secan bien entre los dedos, ya que la humedad puede generar maceraciones e infecciones

Inspeccionar todas las partes del pie

Tocar los bordes de las uñas para detectar bordes afilados: pueden hacer cortes en el dedo contiguo, generando úlceras

Aprender a utilizar un espejo para revisarse los pies y/o pedir ayuda a un miembro de la familia.


Las personas deberían buscar hematomas, cortes, ampollas o cualquier marca de aparición reciente. Deberemos insistir en la importancia de revisarse entre los dedos.

Deberían investigarse las causas de cualquier problema.

Los hematomas se producen por varios factores: las lesiones producidas por el calzado y/o algo que haya caido encima del pie, por ejemplo. Un zapato que apriete demasiado los dedos puede causar hematomas bajo las uñas, haciendo que se ennegrezca.

Los cortes se pueden hacer caminando descalzo, pisando algo; o por una costura afilada o una piedra en el zapato.

Las ampollas se suelen producir debido a un calzado nuevo demasiado estrecho, las calefacciones, las mantas eléctricas o los baños calientes.

Cuando los pies de las personas no perspiran debido a la neuropatía autonómica, se quedan muy secos. Por lo tanto, es muy importante revisar si los pies están secos. La sequedad puede provocar grietas, que generarán infecciones.

Callos (y las callosidades): piel dura que se desarrolla en un área de presión; podrían estar causados por un zapato demasiado estrecho o la biomecánica del pie de la persona. Una acumulación de callos debe ser atendida de inmediato.

Una zona caliente podría ser señal de infección, que las personas con lesiones nerviosas no sentirán.

La decoloración o la hinchazón podría ser síntoma de fractura.

Una uña afilada puede clavarse en el dedo adyacente, provocando ulceración.

Una uña encarnada, provocada por una uña que no se ha cortado adecuadamente, provoca enrojecimiento e hinchazón alrededor de la uña.

Si los espacios interdigitales no se secan adecuadamente después de lavarse, la piel se puede reblandecer y generar infecciones.


Cualquier pie deforme, como un pie con juanetes (izquierda) puede generar problemas: a un juanete le cuesta entrar en un zapato. Este área del pie puede rozar contra el calzado, generando úlceras.


Se recomienda que las personas se apliquen cremas en los pies todos los días. De este modo, se utilizan tanto las manos como los ojos para revisarse los pies.

Es importante que la crema se extienda por todo el pie, pero no entre los dedos y no sobre las heridas abiertas.

Las cremas en botellas dispensadoras se aplican más fácilmente. Las cremas de urea son beneficiosas para los talones agrietados.

Cortarse las uñas de los pies es importante. La manera correcta de hacerlo es cortarlas con un cortaúñas.

Las personas no deberían dejar que las uñas les crezcan demasiado y siempre deberían cortarlas en línea recta.

Se recomienda a las personas que revisen por si hay bordes afilados y que utilicen una lima cuando sea necesario para rebajarlos.


Las personas de alto riesgo deberían ir al podólogo para cortarse las uñas. Sin embargo, esto no es siempre posible.

Los miembros de la familia deberían aprender cómo ayudar a cortar las uñas y a revisar los pies.

Si las uñas son gruesas, deberían rebajarse, ya que esto podría causar ulceración.

El pie de atleta (tinea pedis) es una de las causas más frecuentes de celulitis en personas con diabetes.

Cuando se realiza una evaluación del pie, es muy importante revisar entre los dedos para asegurarse que no hay hongos o piel reblandecida y buscar cualquier síntoma de pie de atleta por todo el pie.

El pie de atleta puede aparecer en forma de pequeñas manchas marrones o rojas, pequeñas ampollas (llenas de agua), o piel blanda y escamosa entre los dedos. Recordemos que las personas no pueden sentir picor.

Para tratarlo, las personas deberían aprender a utilizar una loción entre los dedos; la pomada en dicha zona haría que la piel se reblandezca demasiado.

Las personas deberían utilizar pomada en el resto del pie. Es de la máxima importancia que el área que rodee al hongo se trate hasta que desaparezca la infección.

Las personas deberían lavarse los calcetines con regularidad y tenderlos para que se sequen en donde sea posible.

Las duchas y los baños deberían tratarse y limpiarse. Los miembros de la familia que utilicen la misma ducha deberían revisarse para ver si tienen también pie de atleta, de modo que puedan tratarse y prevenir otras infecciones.

Fuera del hogar, las personas deberían usar chancletas (de plástico o de correas) en la ducha para evitar la infección por pie de atleta.

Muchas personas con diabetes desarrollan hongos en las uñas. Éstos pueden ser difíciles de tratar y, además de ser difíciles de ver, el principal problema de los hongos de las uñas es que las pueden engrosar enormemente.

Si estas uñas engrosadas entran en un zapato que queda demasiado estrecho, la uña del dedo gordo podría recibir demasiada presión y se podría producir una úlcera bajo la uña.

Es importante limar estas uñas gruesas y rebajarlas.

Las personas deberían tener cuidado a la hora de comprar calcetines.

Es de la máxima importancia escoger la talla adecuada. Unos calcetines demasiado pequeños reducirán la circulación sanguínea; unos calcetines demasiado grandes aumentarán la presión.

Los calcetines calientan los pies, absorben el sudor y evitan la fricción, de modo que se reduce la posibilidad de que se produzcan ampollas. Es preferible que sean de lana o algodón o de una mezcla de ambos materiales, pero los calcetines con un 20% ó un 30% de material sintético son casi igual de buenos. Los calcetines acolchados, mientras que permitan que el pie entre cómodamente en el zapato, pueden reducir la presión.

Las gomas alrededor de la pierna no deberían ser demasiado apretadas, ya que esto penetra en la misma y reduce la circulación. Las mujeres no deberían utilizar calcetines tobilleros ni medias hasta la rodilla.

Revisaremos para ver si los calcetines tienen costuras duras, ya que pueden causar úlceras.

Evitar los calcetines con muchos dibujos, ya que los dedos se pueden enganchar en los hilos del calcetín.

Los calcetines deberían lavarse y cambiarse todos los días.

A continuación hay algunos aspectos importantes relacionados con el calzado.

Los zapatos deberían ser anchos y profundos en la punta, permitiendo que un pie con dedos en garra y juanetes entre fácilmente. El zapato debería ser entre 1 cm. y un 1,5 cm. más largo que el pie.

Los zapatos deberían tener una suela gruesa de goma; no se recomiendan las suelas de piel.

Los tacones altos no son aconsejables, ya que hacen que la punta del pie cargue demasiado peso.

La parte trasera del pie, el talón, debería ser lo suficientemente firme para soportar el pie.

Para afrontar la inflamación, los zapatos deberían ajustarse mediante cordones o velcro. Esto ayuda a mantener el pie firmemente en el zapato.

Es importante palpar dentro del zapato. Si hay alguna costura dura, el pie insensible no lo notará y la persona seguirá llevando el zapato hasta que se desarrolle una úlcera.

Los zapatos de piel son los mejores: la piel absorbe la humedad y se adapta al pie. Deberían evitarse las botas de plástico.

Las botas de seguridad se deben poner con cuidado.

A veces, los zapatos no son suficientes. Podría ser que el pie necesite una mayor protección y que sea necesaria una plantilla o un dispositivo ortopédico. Para esto necesitaremos a un podólogo o a una persona especializada en este campo. Los zapatos deberían ser aptos para que entre dicho dispositivo.

A continuación encontrará algunas recomendaciones para la compra de calzado.

Para evitar escoger un zapato demasiado estrecho, las personas deberían comprar el calzado por la tarde, cuando los pies suelen estar más hinchados por naturaleza.

Deberían medirse ambos pies (pueden ser de distinto tamaño) estando de pie. Tendremos en cuenta que los fabricantes de calzado utilizan distintos sistemas de asignación de tallas.

Es de máxima importancia explicar a las personas que no lo notarán si el zapato es demasiado pequeño. Cuando sea posible, debería recomendarse a las personas que muestren los zapatos nuevos a un especialista en calzado para que los revise.

Las personas deben ponerse los zapatos con cuidado. Deberían llevar dicho calzado en casa durante 30 minutos y luego quitarse los zapatos y los calcetines para garantizar que no se han producido marcas rojas ni rozaduras en los pies. Deberían llevarse puestos cada vez más tiempo hasta que el zapato se pueda llevar durante casi todo el día. Cuando esto se ha hecho durante dos o tres días, los zapatos se podrán sacar a la calle.

Hay que llevar zapatos en todo momento.

Es importante tener las zapatillas al lado de la cama en caso de que se tengan que levantar durante la noche.

Es muy importante que, antes de ponerse los zapatos, las personas con pies insensibles utilicen las manos para revisar dentro y detectar cualquier objeto suelto.

Debería sacudirse los zapatos antes de ponerlos. También se deben inspeccionar las suelas; si están desgastadas, podrían resultar resbaladizas.

Muchas personas con diabetes se ponen muy enfermas. Podrían sufrir otras enfermedades, lo cual complicaría la asimilación de la educación sobre cuidados del pie. Por lo tanto, si las personas ven un problema con sus pies que no parezca mejorar en 24 horas, deberían ponerse en contacto con el medico siempre que sea posible.

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