martes, 24 de agosto de 2010

COMPLICACIONES CRONICAS: NEFROPATÍA DIABÉTICA


NEFROPATÍA DIABÉTICA:


Entre el 20% y el 30% de las personas con diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2 desarrolla lesiones renales.

En la diabetes tipo 2, una proporción bastante menor de estas personas progresa hacia la enfermedad renal crónica (ERC).

Sin embargo, debido a que la prevalencia de diabetes tipo 2 es mucho mayor, estas personas representan más de la mitad de los casos de diabetes que empiezan a dializarse.


Debido a la mejora del control glucémico y la tensión arterial, la incidencia de enfermedad renal en personas con diabetes tipo 1 ha estado decreciendo constantemente durante los últimos 35 años.

La micro albuminuria se suele desarrollar hacia el final de la primera década (en la diabetes tipo 1). Y, de no tratarse, el paso siguiente será la nefropatía diabética manifiesta y la consiguiente insuficiencia renal.


Cuando el riñón está dañado, una de las señales de alerta es que el sistema de filtración se ve afectado y algunas moléculas, como la proteína, pasan a la orina. Una de estas proteínas se llama albúmina.

Si se escapan pequeñas cantidades de albúmina, se denomina micro albuminuria.

La macroalbuminuria quiere decir que el riñón está perdiendo más proteína que en la microalbuminuria.

La microalbuminuria puede ser transitoria, especialmente a niveles inferiores a los 70 mg/día.


Si una persona tiene bajos niveles de microalbuminuria, es importante tener en cuenta algunos factores que podrían influir sobre dichos niveles:

Menstruación

Ejercicio

Embarazo

Mal control glucémico

Infección del tracto urinario

Hipertensión

Insuficiencia cardiaca

Las pruebas que se encargan con más frecuencia son la monitorización de una muestra de orina.


Debería medirse la creatinina sérica, pero no es la herramienta de análisis preferida para diagnosticar la enfermedad renal, ya que los niveles varían con el tamaño de la persona.

En la diabetes tipo 1, la microalbuminuria es señal de que se está desarrollando nefropatía diabética.

En la diabetes tipo 2, incluso podría estar presente en el momento del diagnóstico y sería un importante indicador de un aumento del riesgo de morbilidad y mortalidad cardiovascular.

Las personas con diabetes tipo 2 y microalbuminuria tienen un riesgo 20 veces mayor de sufrir un accidente macrovascular.


En personas con insuficiencia renal progresiva, las necesidades insulínicas bajan porque aumenta la vida media de la insulina. Sin embargo, cuando las personas comienzan a dializarse, las necesidades insulínicas podrían cambiar.

El riñón es un órgano endocrino que produce una hormona denominada eritropoyetina, que regula la producción de glóbulos rojos. Con la aparición de la insuficiencia renal, la producción de eritropoyetina desciende y se produce una anemia progresiva.

Esta anemia aparece en una etapa anterior en personas con diabetes a la de quienes no tienen la afección. Las personas con diabetes deberían revisarse la hemoglobina con regularidad; si tienen anemia deberían comenzar a utilizar eritropoyetina, si estuviese disponible y fuese asequible.

La máxima es mejorar la salud general y el bienestar de las personas con insuficiencia renal.

La ingesta adecuada de calorías es importante; éstas aportan al organismo energía y mantienen un peso saludable.


Una dieta equilibrada con carbohidratos, proteína, grasas, fibras, vitaminas y minerales, en la que el calcio está recomendado. Los fluidos podrían limitarse en la ERC, pero no durante sus etapas iniciales.

Las opciones de tratamiento para la ERC son la diálisis peritoneal, la hemodiálisis o el transplante de riñón.

Es importante preparar a las personas psicológicamente por si necesitasen diálisis antes de la fecha esperada. Esto ayudará a la persona a afrontar la situación, y se deberían incluir sesiones de asesoramiento por parte de enfermeros especializados en nefrología.


Es importante tener en cuenta lo siguiente si se utilizan agentes hipoglucemiantes:

Debería evitarse la metformina.

Utilizaremos sulfonilureas que se metabolicen principalmente a nivel hepático y cuyos metabolitos en orina sean inactivos.

El uso de tiazolidinedionas es seguro, si están disponibles.

Algunos de los problemas de la diálisis peritoneal son:

Un alto riesgo de infecciones provocadas por el catéter

Peritonitis

Que la absorción de glucosa a través de la diálisis peritoneal pueda influir sobre el control glucémico.

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