Para impedir la producción de crías hembra entre los mosquitos (anopheles gambiae), los investigadores del Imperial College London utilizaron la enzima I-Ppol. En los machos, daña el ADN de los cromosomas X en la producción de esperma. De esta forma, los mosquitos modificados apenas tenían esperma funcional con cromosomas X, por lo que producían casi el 95 % de crías macho.
Los científicos mezclaron los insectos modificados genéticamente con cinco poblaciones de mosquitos normales en cautividad. Debido a la falta de hembras, cuatro de ellas se extinguieron por completo en seis generaciones. Así, los mosquitos portadores de malaria podrían ser eliminados de la naturaleza. Sin embargo, no se ha realizado ningún estudio respecto a las consecuencias que ello podría tener en el ecosistema.
"Lo más prometedor de nuestros resultados es que son autosuficientes. Una vez introducidos los mosquitos modificados, los machos comenzarán a producir principalmente machos y estos, a su vez, harán lo mismo, por lo que fundamentalmente los mosquitos harán todo el trabajo", afirma el autor del estudio Nikolai Windbichler.
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