Durante tres décadas, se han adquirido compromisos ambiciosos a nivel mundial para promover la igualdad de género y capacitar a las mujeres. Pero la traducción a la acción de los compromisos adquiridos durante la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación Contra las Mujeres, la Plataforma de Pekín a favor de la Acción y los Objetivos de Desarrollo del Milenio ha sido menos impresionante. Las desigualdades entre mujeres y hombres, así como entre niñas y niños, siguen estando omnipresentes, especialmente en los países de ingresos medios y bajos. Alrededor del 60% de los pobres del mundo son mujeres; dos tercios de los adultos analfabetos son mujeres y hay dos veces más mujeres que hombres que sufren malnutrición. Katie Dain nos habla sobre un nuevo programa de la FID que trata las desigualdades de género presentes en la respuesta ante la diabetes de los sistemas sanitarios en todo el mundo, a la vez que promueve el papel de las mujeres y las niñas en la prevención diabética.
Las desigualdades de género influyen sobre muchas áreas de la vida y es fundamental combatirlas para prevenir y controlar la epidemia mundial de diabetes. La diabetes, así como la carga aún mayor de enfermedades no contagiosas (ENCs), representan un añadido nuevo y subestimado a la lista de los problemas más sobrecogedores de desarrollo en estos comienzos del siglo XXI. Hoy día, más de 300 millones de personas viven con diabetes y el 70% de los cuales vive en países de ingresos medios y bajos. En el mundo, hay 143 millones de mujeres que tienen diabetes. Aunque esto sugiere que la carga de diabetes es similar entre ambos sexos, los roles de género y la dinámica de poder da forma a la vulnerabilidad individual ante la diabetes. En muchos países, ésta también influye sobre comportamiento de la mujer a la hora de cuidar de su salud y acceder a los servicios sanitarios y, por lo tanto, sobre el impacto de la diabetes en la salud de las mujeres. La diabetes es la séptima causa de muerte en mujeres en el mundo.
Como componente clave de su respuesta ante la epidemia mundial de diabetes, la Federación Internacional de Diabetes (FID) va a presentar un nuevo programa sobre mujeres y diabetes. La FID empleó un ejercicio de colaboración riguroso para definir y desarrollar el programa.
Este nuevo programa desarrollará la base científica, así como la concienciación, el compromiso político y capacidad de los sistemas sanitarios de ayudar a los 143 millones de mujeres que viven hoy día con diabetes
y los 222 millones de mujeres que se espera tendrán diabetes para 2030. Basándose en cuatro objetivos principales, el programa respaldará la misión de la FID de promover la atención y la prevención diabéticas a la vez que catalizará simultáneamente la igualdad de género y la capacitación de las mujeres en sociedades de todo el mundo.
Construir la base científica
El primer y más urgente objetivo del programa es cubrir los vacíos de datos específicos según sexo teniendo en consideración la igualdad de género. Debe construirse una base de pruebas sobre mujeres y diabetes en todas las regiones, especialmente en países de ingresos medios y bajos, ya que son quienes sufren la mayor pare de la carga de diabetes, y se deben analizar las dinámicas y los patrones por género de la diabetes a través de la investigación epidemiológica, cualitativa y de los sistemas sanitarios.
Un área de prioridad en esta agenda de investigación debe ser la prevalencia de diabetes gestacional. La diabetes gestacional está en aumento en todo el mundo, aunque sigue siendo un problema desatendido de salud materna. La diabetes gestacional no diagnosticada y no tratada va asociada a varias complicaciones perinatales y al aumento del riesgo de diabetes en el futuro, tanto de la mujer como de su hijo. En la actualidad, debido a la falta de consistencia en los métodos de diagnóstico y las definiciones, existe una grave escasez de datos consistentes y comparables sobre prevalencia de diabetes gestacional, que impide que los que ostentan el poder de toma de decisiones prioricen y financien la lucha contra diabetes gestacional.
La FID será la impulsora intelectual de una amplia y oportuna agenda de investigación que fortalecerá e incluirá dentro de los preparativos para la Cumbre de la ONU de ENCs en septiembre de 2011. El elementode investigación de este programa garantizará el máximo provecho de la oportunidadque supone la Cumbre de la ONU para la agenda de mujeres y diabetes, además de exponer los argumentos a favor de integrar esta importante agenda en los objetivos de desarrollo mundiales, como los objetivosque sucederán a los ODM actuales.
Concienciación y compromiso globales
Las campañas para otras enfermedades, como el VIH/SIDA, han demostrado la eficacia de la promoción, la defensa pública y la concienciación de base científica a la hora de movilizar al público general y establecer compromisos a nivel nacional y mundial. La FID se ha ganado su reputación como actriz influyente sobre el escenario de la salud y el desarrollo internacional, tanto para la diabetes como para las ENCs, y se basará en estos éxitos para su lucha en la arena de la salud femenina.
Un problema de relevancia especial para la agenda de desarrollo mundial es la diabetes materna. Con tan sólo 5 años por delante para la finalización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), el objetivo de la salud materna (ODM 5) sigue siendo el que va menos encarrilado. Mejorar la atención y el tratamiento para las mujeres embarazadas con diabetes tiene el potencial de reducir la morbilidad y la mortalidad de la madre y el niño y conseguir la prevención intergeneracional a largo plazo de enfermedades crónicas como la diabetes. La FID liderará una campaña mundial para llamar la atención de los políticos y el público en general sobre esta “Cenicienta” que es la salud materna. Ya se ha comenzado a trabajar, presentando pruebas durante reuniones y conferencias de alto nivel, y seguirá siendo así durante el próximo congreso Mundial de la FID que se celebrará en Dubái en diciembre de 2011.
Las actividades de la FID de promoción, defensa pública y concienciación sobre mujer y diabetes serán un reflejo de nuestro enfoque paralelo de atajar la diabetes y las ENCs.
Las actividades de la FID de promoción, defensa pública y concienciación sobre mujer y diabetes serán un reflejo de nuestro enfoque paralelo de atajar la diabetes y las ENCs.
Trabajaremos con nuestras federaciones hermanas de la Alianza de ENC (la Unión para el Control Internacional del Cáncer, la Federación Mundial del Corazón, la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y las Enfermedades Respiratorias) a fin de aumentar el perfil de la agenda más amplia de género y ENCs dentro del contexto de desarrollo mundial y la Cumbre de la ONU sobre ENCs.
Sistemas sanitarios que respondan ante la salud
En la actualidad, la atención y el control diabéticos en muchos países fallan en gran medida a la hora de responder ante las necesidades concretas de las mujeres que viven con diabetes. La atención a la diabetes que tiene en cuenta el género está aún en pañales, y se le presta muy poca atención, si tenemos en cuenta los distintos modos en los que hombres y mujeres experimentan la diabetes dentro de los programas y los servicios. No se da suficiente consideración al modo en el que los roles de género y las dinámicas de poder conforman el diagnóstico y el tratamiento. A través del desarrollo de liderazgo, programas de formación y mejora de la comunicación, la FID desarrollará una educación, una atención y un control diabéticos que tengan en cuenta el género. Esto incluirá mejorar la educción diabética para las mujeres con diabetes gestacional, respaldando el desarrollo de herramientas educativas relevantes en cada región.
La epidemia mundial de diabetes ofrece una oportunidad para fortalecer los sistemas sanitarios y catalizar reformas que beneficien a las personas con otras enfermedades y afecciones. Es necesario integrar la diabetes y las ENCs en los sistemas sanitarios, especialmente a nivel de atención primaria y dentro de los programas de salud materna, del recién nacido y el niño. El embarazo y la primera infancia no sólo ofrecen una ventana de oportunidades para ofrecer servicios dirigidos a reducir la morbilidad y la mortalidad de la madre y el bebé, tal y como se mide en los ODM 4 y 5, sino que tiene un gran potencial de prevención intergeneracional de varias enfermedades crónicas, incluida la diabetes. A través de cooperaciones y esfuerzos de colaboración, la FID trabajará para ampliar el enfoque de programas dirigidos a la madre, al recién nacido y al niño con el fin de conseguir resultados tanto a corto como a largo plazo en la salud maternoinfantil.
Capacidad para prevenir la diabetes
El mundo necesita que las mujeres adopten un papel de liderazgo en la lucha contra la diabetes. Las niñas y las mujeres son agentes clave del cambio en cuanto a la adopción de un estilo de vida sano y la prevención subsiguiente de la diabetes. Como guardianas de la nutrición y los hábitos de vida dentro del hogar, las mujeres tienen el potencial de impulsar la prevención desde el hogar y más allá del mismo. Armar a las mujeres para que promuevan el compromiso político y la concienciación sobre la diabetes a nivel local y regional va en interés de la prevención diabética y del resto de la agenda de desarrollo. Extendiéndose desde la base de miembros de la FID, será posible establecer una red sólida y dinámica de mujeres líderes que ofrecerán una voz poderosa para los millones de mujeres que viven con diabetes en todo el mundo.
Es importante destacar que las estrategias de prevención diabética necesitan sensibilizarse ante la dinámica de género de los factores de riesgo de diabetes, especialmente durante la infancia y la adolescencia.
Es importante destacar que las estrategias de prevención diabética necesitan sensibilizarse ante la dinámica de género de los factores de riesgo de diabetes, especialmente durante la infancia y la adolescencia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el 70% de las muertes prematuras en adultos se deben en gran parte al comportamiento durante la adolescencia. En el caso de las niñas, en muchos países de ingresos medios y bajos, la adolescencia es un momento en el que las desigualdades de género se vuelven más pronunciadas: el bajo estatus social de la niña equivale a un bajo estado nutricional; los códigos culturales de vestimenta y movilidad pueden limitar la actividad física. Promover oportunidades de ejercicio físico entre los 600 millones de niñas adolescentes que hay en los países en desarrollo debe convertirse en una prioridad para la prevención diabética. La educación para la salud y la prevención de enfermedades crónicas ofrece un canal valioso para informar y educar a las futuras guardianas de los patrones de nutrición y estilo de vida de los hogares y puede fortalecer las capacidades de las niñas de convertirse en miembros activos de sus comunidades. La FID tiene tanto los conocimientos regionales como el alcance mundial para impulsar esta importante tarea, trabajando a través de gobiernos, sistemas educativos, asociaciones miembro locales y grupos de mujeres.
Invertir en mujeres y diabetes
La FID se alegra de presentar este nuevo programa sobre mujeres y diabetes. Creemos que es un aspecto clave, no sólo para la diabetes, sino también para promover la igualdad de género y la capacitación, además de favorecer un amplio desarrollo socioeconómico en países de ingresos medios y bajos. Estamos deseando recibir su apoyo y compartir con usted unos resultados que harán que las cosas cambien para bien para las niñas y las mujeres de todo el mundo.
Katie Dain
Katie Dain es Coordinadora de Promoción, Defensa Pública y Desarrollo de Programas.
Octubre 2010 • Volumen 55 • Número 2 DiabetesVoice
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