La actividad física habitual protege a las mujeres contra el cáncer de mama, según un estudio francés publicado en "Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention". La actividad ni siquiera tiene que ser particularmente intensa; solo se necesita que se realice en forma regular.
Investigadores de Institut Gustave Roussy en Villejuif, Francia, analizaron datos obtenidos de cuestionarios bianuales completados por 59.308 mujeres posmenopáusicas que fueron incluidas en E3N, el componente francés del Estudio europeo de investigación prospectiva sobre el cáncer y la nutrición (European Prospective Investigation Into Cancer and Nutrition, EPIC). La duración media de seguimiento fue de 8,5 años, durante los cuales a 2155 de las mujeres se les realizó el diagnóstico de primer cáncer de mama invasivo primario.
El estudio reveló que las mujeres que en los cuatro años previos habían realizado actividad física equivalente a cuatro horas de caminatas o dos horas de bicicleta por semana tuvieron una disminución del 10 por ciento del riesgo de sufrir cáncer de mama invasivo, en comparación con las mujeres que fueron menos activas. Las mujeres que realizaron este nivel de actividad física entre cinco y nueve años antes, pero que estuvieron menos activas en los cuatro años previos a la recopilación final de los datos, no tuvieron una disminución del riesgo de cáncer de mama invasivo.
Los efectos beneficiosos de la actividad física regular fueron independientes del índice de masa corporal, aumento de peso, circunferencia de la cintura y nivel de actividad de cinco a nueve años antes.
"Doce MET-h [equivalente metabólico de actividad en horas] por semana corresponde a caminar cuatro horas por semana o andar en bicicleta o participar en otras actividades deportivas dos horas por semana y es congruente con las recomendaciones de la Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (World Cancer Research Fund)", dijo la autora principal, Agnès Fournier. "Hallamos que la actividad física recreativa, aún cuando sea de intensidad modesta, parecía tener un impacto rápido en el riesgo de sufrir cáncer de mama. No obstante, la disminución del riesgo de sufrir cáncer de mama asociada con la actividad física se vio atenuada cuando se interrumpió la actividad".
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