Un diagnóstico de cáncer no conduce automáticamente a una vida más sana. Un estudio realizado por científicos de EE. UU. evidencia que uno de cada 10 enfermos de cáncer continúa fumando incluso años después de su diagnóstico. El estudio se publicó en “Cancer Epidemiology Biomarker & Prevention”.
Un equipo de investigación liderado por Lee Westmass de la American Cancer Society analizó los datos de 2938 enfermos nueve años después de su diagnóstico. Descubrieron que el 9,3 % de los participantes aún fumaban, el 83 % de ellos diariamente. De media fumaban 14,7 cigarrillos al día.
La mayor prevalencia de los fumadores se encontraba en los enfermos de cáncer de vejiga con el 17,2 %, seguida de los enfermos de cáncer de pulmón (14,9 %), y cáncer de ovario (11,6 %). La prevalencia del tabaquismo alcanzó el 7,6 % en enfermos con melanoma, el 7,3 % en enfermos de cáncer de riñón y el 6,8 % en enfermos de cáncer colorrectal.
“Fumar puede causar nuevas mutaciones entre los supervivientes de cáncer que pueden derivar en cáncer con metástasis y nuevos tumores. También puede afectar a la actividad física e interferir en la eficacia de los tratamientos”, comentó Roy Herbst de la Universidad de Yale. Por consiguiente es importante tener en cuenta este problema y desarrollar contraestrategias, enfatizó
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